NIÑOS Y PERROS, PERROS Y NIÑOS




Si enseñamos a nuestros hijos a respetar a los perros, estamos evitando activamente accidentes de mordeduras en el futuro.



¿Con qué frecuencia escuchamos que un perro es totalmente de confianza y "nunca morderá"? La realidad, sin embargo, es que cada perro puede morder y morderá en ciertas situaciones. Los perros muerden a adultos y también a niños. Es posible disminuir la probabilidad de una mordida, y los progenitores son la parte responsable cuando se trata de mantener a todos a salvo, tanto a los niños como al perro. En este artículo profundizaremos sobre las razones por las que pueden ocurrir mordeduras y explicaremos lo que se puede hacer para evitar que ocurran este tipo de accidentes.

Empatía y desarrollo infantil

Los cerebros de los niños están en constante desarrollo. Este proceso tiene muchas etapas y en realidad se prolonga hasta pasados los veinte años. Una de estas etapas de desarrollo va a afectar en gran medida la relación entre niños y perros. Entre los 10 y los 14 años, el cerebro desarrolla la empatía - la capacidad de entender las emociones y las intenciones de otros seres vivos.

Los perros también tienen cerebros que se desarrollan y pasan por etapas. Esto es importante porque los cachorros y los perros jóvenes no serán capaces de  responder a los niños como lo harían los perros adultos, mientras todavía están creciendo y madurando ellos mismos. Así que es nuestro deber como adultos responsables de velar por el bienestar de todos. Los niños necesitan padres y los cachorros también.

La mejor manera de asegurarnos de que comprendemos a los perros, es que los padres conozcan el lenguaje corporal de los perros (señales de calma) y sean capaces de interpretar rápidamente cuando un perro se siente incómodo. De esta manera pueden actuar de inmediato y cambiar la situación antes de que vaya a más. Al mismo tiempo, los niños están aprendiendo lo que a los perros les gusta y les disgusta.

Muchas de las cosas que a los perros no les gustan tienen que ver con la forma en que los humanos nos comunicamos. Por ejemplo, cuando nos saludamos, una opción es abrazarnos. Lo vemos como una forma de demostrar amor, amistad y confianza. Pero los perros no comunican estos sentimientos así. De hecho, el abrazo es una de esas cosas que a la gran mayoría de los perros no sólo les disgusta, sino que lo encuentran amenazante.

El primer paso para aprender sobre el lenguaje corporal canino es el libro de Turid Rugaas, El lenguaje de los perros – Las Señales de Calma.

Un buen ejemplo de interacción entre niño y perro


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En las imágenes de arriba, el niño, y el perro Šar,  están disfrutando de un momento juntos. El niño acaricia Šar muy suavemente en el costado. Šar fue el que se acercó al niño. Eligió el solo, sentarse y pidió que lo acariciara. Šar sabe que puede alejarse en cualquier momento. La cuidadora de Šar está justo ahí, asegurándose de que la situación se mantenga segura y relajada.

Debemos asegurarnos siempre de que los perros se sientan cómodos alrededor de los niños antes de dejarlos tener contacto físico. El perro debe ser el que pida el contacto y a los niños se les debe enseñar cómo acariciar a un perro de una manera suave. Les enseñamos a evitar la cabeza y en su lugar, a  tocar el pecho o el costado del cuerpo, como está haciendo el niño. Asegurándonos en todo momento de que los niños no abrumen al perro. Si los niños se sientan mientras interactúan con el perro, la situación generalmente será mucho más tranquila.


Perros y recién nacidos

Sí, los niños necesitan acostumbrarse a los perros y aprender a respetarlos. Y los perros también necesitan acostumbrarse a los niños. Esto sucede, a menudo, cuando un bebé recién nacido llega a casa por primera vez.

Podéis empezar a prepararos incluso antes de que llegue el niño. Una buena idea es organizar la guardería y hacer pronto todos los ajustes necesarios en la casa. Dejaremos que el perro investigue los nuevos muebles y participe en los cambios. Si va a haber cambios en la vida diaria del perro, por ejemplo, si una persona diferente va a llevarla a pasear o si los horarios estos paseos van a cambiar, podéis comenzar a cambiar la rutina gradualmente. Estas medidas tan sencillas darán al perro tiempo para adaptarse y el cambio no vendrá todo de golpe.

Antes de que el bebé llegue a casa, el perro podría conocerle por primera vez con el olfato. Podemos ofrecer al perro la oportunidad de oler la ropa del pequeño. Cuando el bebé por fin llega a casa,  nos comportamos de una manera agradable y tranquila y dejaremos que, de manera segura, el perro huela al bebé. Los perros generalmente entienden que este pequeño humano es parte de la familia de inmediato.

Perros y niños de diferentes edades

Una de las cosas sobre las que los adultos debemos ser cautelosos es el hecho de que los niños pueden ser bastante impredecibles, hacen mucho ruido y son rápidos, con movimientos caóticos. Los perros son muy sensibles a todo lo que sucede a su alrededor, y por supuesto el lenguaje corporal de los seres humanos está incluido. Afortunadamente, eso también es una buena noticia porque podemos enseñar a los niños a comportarse de una manera segura cuando están alrededor de los perros (pero como adultos todavía tenemos que mantener la vigilancia y asegurarnos de que los niños sigan las pautas). En la sección de materiales didácticos al final del artículo podéis aprender más acerca de las reglas de un comportamiento seguro.

Los perros y los niños de todas las edades pueden acostumbrarse los unos a los otros a través de paseos tranquilos y lentos. ¡Podemos incluir una sesión de calma para todos! Si el perro no se siente cómodo con la sesión de calma e

l primer día, podemos parar y probar otro día. Si quieres saber más sobre las sesiones de calma, qué son y cómo hacer una, pincha aquí.


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Otra gran idea es que el niño le lea historias al perro, y una aún mejor sería que los padres lean cuentos a la hora de irse a la cama a los niños y a los perros, juntos.

Los niños también pueden ayudar a preparar un ambiente enriquecido o un sendero sensorial y luego observar al perro mientras está explorando.

Una cosa que ciertamente no recomendamos es que los niños le den premios al perro. Esto podría terminar en un mordisco, que con mucha probabilidad será accidental. Si la familia quiere que el niño recompense al perro, una idea mejor es que los niños pongan algunos juguetes para el perro en el suelo.

Y mientras que estamos en el tema de los juguetes, otra cosa que los adultos necesitan enseñar a los niños es cómo respetar las pertenencias y los límites de un perro. Unas reglas simples como las que siguen pueden prevenir un mordisco:

• No le quitamos los juguetes u otros objetos al perro, y no nos acostamos en su cama.

• No le quitamos la comida, masticables o premios al perro.

• Nunca molestamos a un perro cuando está durmiendo o comiendo.

Niños y paseos con correa sonriente

Como adultos responsables, estamos al cargo de la seguridad del paseo. No recomendamos dejar que un niño maneje la correa en los paseos. Incluso si consideráis que vuestros hijos están a salvo y saben lo que están haciendo, pensemos en todas las eventualidades. ¿Qué pasaría si otro perro se acerca y sobresalta tanto al perro como al niño? ¿Qué pasa si el perro de repente nota algo y tira? ¿Y si se escapa? Estas situaciones son difíciles incluso para los adultos. Imagínate cómo se sentirá un niño si algo malo sucediera mientras estaba "a cargo" del perro.

Si tu hijo quiere probar a sostener la correa o si es casi lo suficientemente mayor como para comenzar a pasear al perro por su cuenta, puede practicar primero en un área cercada, un jardín o un campo alquilado. Un adulto debe estar presente para asegurarse de que la correa está sin tensión y tanto el niño como el perro se encuentran cómodos.

Si quieres saber más sobre las habilidades de manejo de correas, puedes ver el video aquí.

 

Un poquito de ciencia: algunos datos sobre mordeduras de perros

Hay muchos proyectos tratando de crear conciencia sobre este tema que nos ocupa y muchas paginas web que os pueden ayudar en el camino.

Durante uno de los cursos recientes sobre agresión canina, la Dra. Amber Batson presentó información que ella está muy interesada en compartir con todo el mundo. Aquí compartimos  algunas cifras sobre las mordeduras de perros, la agresión y enlaces a sitios útiles, libros y folletos que se pueden descargar y compartir con la familia y amigos.

Los niños son un blanco frecuente de mordeduras de perros

• El 70% de las mordeduras de perros ocurren en el ambiente doméstico.

• Los datos de las mordeduras descritas que requieren atención médica indican que la mayoría afectan a niños menores de 15 años.

• Otros estudios indican que aproximadamente del 60 al 75% de todos los que son mordidos por perros son menores de 20 años, y la mayoría son niños de 5 a 9 años de edad.

• Después de la edad de 1 año, la incidencia de mordeduras aumenta en el rango de edades de 5 a 9 años.

• Se ha demostrado que la protección de alimentos es la circunstancia más común de las mordeduras a niños de la familia (42%) y la protección del territorio en las mordeduras a niños desconocidos (53%).

Causas conductuales de la agresión

• Una comprobación de los 103 perros examinados, reveló la protección de recursos (61%) y las medidas disciplinarias (59%) como los estímulos más comunes para la agresión.

• Cuando se conocía la historia del perro antes de la mordedura, el 66% de los perros nunca habían mordido a un niño, y el 19% nunca había mordido a ningún humano. La mayoría de los perros (93%) fueron esterilizados, y el 66% de los propietarios habían llevado a sus perros a clases de entrenamiento de obediencia.

• Se encontró que el 50% de los perros tenían enfermedad en el examen clínico. Los trastornos ortopédicos que causaban dolor o enfermedad de la piel fueron los más comunes.

Conclusiones

(ref Reisner, I. R.,Shofer , F. S., & Nance, M. L. (2007). Behavioural assessment of child directed canine aggression. Injury Prevention , 13 (5),348 351)

• La mayoría de los niños fueron mordidos por perros sin antecedentes de haber mordido a niños.

• Las medidas comunes de apaciguamiento (castración, entrenamiento) no fueron disuasorios eficaces.

 

¿Qué podemos aprender de todo esto?

Estos datos no sólo muestran que los niños son mordidos por perros, muestran que esto suele suceder en casa y que probablemente sea una sorpresa para los adultos. Creemos que esta es la consecuencia de que los humanos no entiendan a sus perros.

Sabemos que los perros son seres altamente sociales, y la capacidad de evitar conflictos es extremadamente importante para cualquier animal que vive en grupos. Los perros tienen un lenguaje corporal rico que utilizan para evitar dichos conflictos. Usan y entienden las señales de calma desde su nacimiento, pero nosotros los humanos tenemos que aprender sobre ellas. Nuestro lenguaje corporal es muy diferente de la variante canina y a menudo puede asustar a los perros. Los datos también muestran que la incidencia de mordeduras es más alta entre los 5 y los 9 años - este es un periodo anterior a que la empatía se desarrolle en un niño, y suponemos que también es un momento en el que un niño es bastante activo e impredecible para el perro, haciendo que el perro se sienta incómodo.

Cuando los perros se sienten incómodos, primero tratan de informarnos sobre ello utilizando conductas de desplazamiento y señales de calma (algunos ejemplos aquí). Cuando un perro siente que ha usado todas las otras opciones de comunicación y ha sido ignorada (o peor, castigada), ella morderá. Creemos firmemente que si aprendemos a identificar estas señales y nos tomamos en serio a nuestros perros cuando nos dicen que están incómodos, podemos prevenir la mayoría de los accidentes de mordida.

Los datos también muestran que el uso de medidas disciplinarias parece tener un efecto contraproducente y que la formación en obediencia no parece resolver el problema. Creemos que la comunicación y el respeto de las necesidades y límites de cada individuo involucrado, si pueden.

Crecer con un perro es una experiencia maravillosa. Los niños y los perros pueden ser los mejores amigos. Todo lo que se necesita es cierta responsabilidad, conocimiento, respeto y comprensión por parte de los adultos.

Algunos materiales educativos interesantes (en inglés)

Los siguientes sitios, libros y folletos son materiales de referencia que pueden ayudarnos a entender cómo el comportamiento de los niños puede afectar a los perros y sus relaciones con los miembros de la familia.

SITIOS WEB EDUCATIVOS

LIBROS

  • Haqihana - What Oliver likes / doesn’t like (Haqihana - Lo que a Oliver le gusta / no le gusta
  • Calming Signs - Do you know what the doggy says by Kimberly de Jong, illustrated by Laura Kortekaas-Meijvogel ( Señales de calma - ¿Sabes lo que dice el perrito? de Kimberly de Jong, ilustrado por Laura Kortekaas-Meijvogel)

FOLLETOS

 
El articulo original en inglés se puede encontrar aquí en la pagina de Smiling Leash.